En la casa de acogida trabajan también cuatro trabajadores, la coordinadora, Toñi, es auxiliar de clínica, Julia es estudiante de educación social, y los otros 2 hombres que trabajan en la casa, no tienen ningún título pero tienen experiencia con personas con riesgo de exclusión social.
Esta casa acoge a personas portadoras del VIH con emergencia social, en la actualidad hay 8 personas aunque la casa dispone de 10 plazas, los residentes suelen ser drogodependientes, que se han contagiado por el consumo de droga. La mayoría aun está en proceso de rehabilitación y van a Proyecto Hombre, cuando Toñi nos cuenta lo de proyecto hombre nos extraña, ya que pensábamos que era una cosa de Iglesia y tenía que ver con la religión, nos dice que efectivamente pertenece a
Los trabajadores en la casa tienen turnos de 24 h, para poder llevar un control y un seguimiento amplio, cada día apuntan en el Libro de acta como se ha desarrollado el día. Su objetivo es sobretodo trabajar la actitud de los residentes se les tiene que “re-educar”. Mientras ellos están en el CPD o en Proyecto Hombre, el trabajador que este de turno hace gestiones: los empadrona, lleva a alguno a la Consulta 25 en Carlos Haya para seguir las revisiones del VIH, van a buscar la metadona al centro de salud, etc.
También siguen un grupo de terapia, los psicólogos son voluntarios y estudiantes en prácticas.
Siguen unos horarios muy estrictos, deben seguir una rutina, a las 7 se levantan, a las 2 comen… la comida del mediodía se la proporciona el ayuntamiento, pero el desayuno, la cena, la limpieza es cosa de los residentes, se les enseña a hacer de todo, entra dentro de la terapia, tienen que tener un control de sus necesidades básicas. Cada uno tiene sus tareas, aprenden a hacer de todo.
Una vez rehabilitados no se les obliga a irse, aunque hay gente que se va porque quiere volver a consumir, en algunos casos se vuelve a aceptar a gente reincidente, pero las condiciones cambian. Cualquier usuario que no siga las normas o haga imposible la convivencia debe abandonar la casa.
Para entrar en la casa deben firmar un contrato y se les hace una ficha clínica. La casa está en el Palo, es cedida por el ayuntamiento de Málaga.
Por lo que respecta a la financiación de la asociación no reciben una ayuda fija del estado, se mantienen a través de un rastro que organizan, maquinas expendedoras de preservativos, el ayuntamiento les ayuda cediéndoles la casa de acogida y la comida del mediodía, la mayoría de comida la consiguen del banco de alimentos.
Los voluntarios oscilan entre 40 y 50 personas y algunos estudiantes en prácticas, están colaboran en los rastros, cursillos y actividades varias que realiza la asociación, cualquiera puede ser voluntario, por ejemplo hay uno que es fisioterapeuta y va a dar masajes a los usuarios de la casa de acogida.
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