martes, 17 de marzo de 2009

Aplícate el cuento, el SIDA no lo es.

EL REGRESO DEL PRINCIPILLO

..."No me dejéis tan triste. Escribidme enseguida, decidme que el principillo ha vuelto".

... Algunos años más tarde el Principillo decidió volver a visitar a su amigo. El reencuentro en el desierto fue tan emotivo como ambos habían soñado. sin embargo esta vez notó preocupación es su rostro. El Principillo preguntó:

- ¿Qué te ocurre?

- Miedo, mucho miedo- contestó el otro joven, sabiendo que las preguntas del principillo no podían quedar sin respuesta.

- Miedo ¿de qué?

-
De un mal que invadió este planeta hace 10 años, después de tu partida.

- ¿Qué mal es ese?

- ¿Es una semilla invisible que llaman
VIH y que nadie puede frenar.

- Me extraña que nadie pueda frenar eso. Visitaré otros planetas para traerte una respuesta; éste será mi regalo.

Para su viaje aprovechó la migración de globos silvestres.

A la mañana siguiente llegó al planeta PRESERVATVO, también conocido como CONDON. XXL.

Allí habitaba Don Profiláctico, gran artesano.

- Y eso, ¿para qué sirve?

- Esto sirve para frenar el VIH, un mal que recorre la Tierra. ¿Habías oído hablar de él?

El Principillo, como siempre no contestó, pero volvió a preguntar:

- ¿Cómo un trozo de plástico puede detener eso que tanto asusta a los hombres?

Don Profilactico, quitándose las gafas le miró atentamete y le dijo:

- Lo más importante es usarlo bien. En las relaciones sexuales, esta semilla que es invisible a los ojos, se puede transmitir por el semen y el flujo vaginal. Abre bien los oídos, te explicaré como se utiliza el preservativo:

  • Hay que comprovar la fecha de caducidad, que no debe ser menor de un año.

  • Se debe colocar antes de cualquier relacion sexual sobre el pene erecto.

  • Cogerlo por el depósito para evitar que entre aire dentro y desenrollarlo completamente, así se impedirá su rotura.

  • También procurar no rasparlo con uñas y anillos.

Toma ésto, es para ti, dijo Don profiláctico, entregándole una caja de preservativos.

En marcha de nuevo por el espacio, llegó hasta el planeta JERINGUILLA llamado por algunos CHUTA-2.


Allí encontró a Doña Insulina, una abuelita risueña que trabajaba empaquetando unos canutillos de plástico para enviarlos a la Tierra.

- ¿Qué son esos lápices transparentes?

- No son lápices, son jeringuillas y las utilizan algunas personas para prevenir el VIH.

- ¿Cómo se usan? - Preguntó el Principillo.

- Debes saber que esa semilla se transmite por la sangre. Para que esto no ocurra. nunca deben compartirse ni jeringuillas ni otros objetos cortantes y/o punzantes, como hojas de afeitar, cepillos de dientes...

- El semen, el flujo vaginal, la sangre... -dijo recordando el Principillo - ¿hay alguna otra vía de contagio?

- Sí una mujer embarazada puede transmitirlo a su futuro hijo.

- Muchas gracias- contestó el Principillo alejándose-.

Continuando su viaje por el universo, el Principillo, de repente, se vió empujado por una corriente cósmica que le condujo hasta un tenebroso planeta conocido también conocido como VIH. En él encontro a un extraño personaje llamdo retrovirus. El Principillo , algo mareado por las turbulencias, preguntó...

- ¿Qué me ha ocurrido? ¿Donde estoy?


- Este es el planeta de la semilla por la que tanto preguntas. Toda la información que te han dado es cierta.

- ¿Cuál es el secreto de tu poder? - Preguntó el Principillo asombrado de que el señor Retrovirus conociese tanto sobre su viaje-.

- Los seres humanos creen que esta semilla sólo afecta a determinadas personas (drogodependientes, prostitutas, homosexuales...) pero esto no es cierto. Afecta a todos, no distingue razas, clases sociales, edades, sexos, lenguas, tendencias sexuales...

- ¿Cómo que afecta a todos?

- La cuestión no es lo que se hace, sino como se hace - dijo el señor Retrovirus, soltando una gran carcajada...- Es decir; no existen grupos de riesgo, sino Prácticas de Riesgo. De las medidas de prevención ya te han hablado en otros planetas. Y ahora vete, ya te he dicho demasiado.

El Principillo se alejó sin mediar palabra.

El tercer planeta que visitó, era el conocido por todos como planeta TERNURA.

Allí vivían los Hermanos Abrazo que mediante una gran computadora enviabana a la Tierra mensajes sobre cómo NO se transmite la semilla del VIH.

- ¿Y cuales son esos mensajes que mandáis?

- Besar, abrazar, acariciar, dar la mano, compartir ropa, vajilla, baños públicos y cualquier tipo de actividad social. No suponen ningún riesgo - respondieron los dos.

El Principillo volvió a sonreir aliviado.

Antes de despedirse del planeta TERNURA, los Hermanos Abrazo le dieron un buen achuchón a su amigo.

Raudo y feliz por todo lo aprendido, se encaminó a la Tierra.

Cuánta fue su sorpresa al descubrir a su amigo sonriente con un gran lazo rojo sobre su pecho.

- Mientras tú andabas por los planetas buscando la manera de ayudarme, aparecieron unos chicos y chicas, que decían pertenecer a una asociación conocida como Comités Anti-Sida. Me dieron este lazo rojo para que yo se lo regalara a la persona más solidaria que conociera. Así que es para ti, por haberme ayudado.

El principillo agradeció el detalle con la mejor de las sonrisas.

- Y este abrazo - dijo achuchando a su amigo - es tu regalo del planeta TERNURA.

Creación: Federación Anti-Sida del Sur

Textos: Equipo de Voluntarios del Comité Ciudadano Anti-Sida de Sevilla.

(Basado en la obra universal de Antoine Saint- Exupéry: Le petit prince)








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